Cabrero (2003) considera que el trabajo colaborativo de los estudiantes ofrece ventajas, y una de ellas es que se cre interdependencia positiva entre sus miembros, genera debates entorno a la búsqueda de estrategias, de uso y resolución de problemas, permite el intercambio de información y la construcción social del conocimiento.
Se pueden crear comunidades de aprendizaje para ello se requiere de diseñar actividades que promuevan la interacción, el intercambio y el trabajo en grupo.
Las TIC son una herramientas que facilitan la comunicación de manera rápida y efectiva; Begoña Gros, plantea que los procesos de aprendizaje colaborativo tecnológicamente mediados depende de tres elementos o factores básicos: la situación de aprendizaje, las características del grupo que colabora y la tecnología que se utiliza para apoyar o mediar la colaboración. Lo anterior implica el desarrollo de la competencia digital, Jordi Adell (2011) indica que esta competencia debe responder a la visión de la escuela que debe aprender a formar para toda la vida.
De acuerdo a Boris Mir, la competencia digital es la
combinación de conocimientos y habilidades, en conjunción con valores y
actitudes, para alcanzar objetivos con eficacia y eficiencia en contextos y con
herramientas digitales. entonces esta se alcanza
con el uso estratégico de distintas
capacidades, cada una de ellas centrada en un ámbito específico de acción en entornos y con herramientas
digitales.
La dimensión del aprendizaje
abarca la transformación de la información en conocimiento y su adquisición.
La dimensión informacional abarca
la obtención, la evaluación y el tratamiento de la información en entornos
digitales.
La dimensión comunicativa abarca
la comunicación interpersonal y la social.
La dimensión de la cultura
digital abarca las prácticas sociales y culturales de la sociedad del
conocimiento y la ciudadanía digital.
En la actualidad tenemos acceso a una diversidad de fuentes, de ello que se tiene que convertir la información en conocimiento.
La actual ciudadanía digital (en palabras de Jordi Adell) demanda la preparación para aprender a vivir en el mundo online; es decir, ser ciudadanos críticos, libres e integrados, capaces de vivir en sociedad con normas y estándares de conducta elevados. El comportamiento en redes sociales.
La escuela debe formar buenos ciudadanos digitales, que respeten la legalidad, se demanda el diseño de estrategias didácticas que permitan el desarrollo del buen juicio.
La competencia digital del profesorado debe estar relacionada con la competencia digital del alumno, es decir, debe saber y saber hacer.

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